La licencia social para operar (LSO) es fundamental en proyectos energéticos, especialmente en un contexto donde se busca equilibrar sostenibilidad y demanda energética. Según un informe de Wood Mackenzie, los yacimientos de petróleo y gas de alto impacto podrían reducir las emisiones globales de alcance 1 y 2 hasta un 6 % en 2030. Esto se logra mediante el uso de tecnologías avanzadas y procesos más eficientes. Sin embargo, la viabilidad de estos proyectos depende de su aceptación social y de cómo contribuyan a la transición energética.
Para lograr la LSO, las empresas deben demostrar responsabilidad social y ambiental, involucrando a las comunidades afectadas, respetando sus derechos y mostrando beneficios claros. Esta aceptación es crucial no solo para garantizar el progreso de proyectos individuales, sino también para mejorar la percepción de la industria energética en general, especialmente en un mundo cada vez más enfocado en la descarbonización.
En conclusión, la LSO no es un trámite, sino un pilar estratégico para las empresas que buscan operar de manera sostenible y aceptable en el siglo XXI.
Fuente noticia: elperiodicodelaenergia.com